La sanidad también se moviliza

Smartphones, tablets, netbooks, laptops… son numerosos los dispositivos móviles que hacen posible que la información de uso privado o público, tanto con carácter laboral como personal, viaje de un lugar a otro con nosotros. El desarrollo de la tecnología web por un lado, y de numerosas aplicaciones basadas en ella por otro, posibilita la accesibilidad desde prácticamente cualquier punto y nos sumerge en un mar de posibilidades en cuanto a funcionalidad.

Si fijamos nuestro punto de mira en el sector sanitario, ¿se observa movimiento? O dicho de otro modo, ¿encontramos la misma “movilidad” que en otros servicios como por ejemplo el financiero? El uso de dispositivos móviles con fines profesionales en Sanidad se encuentra aún en el amanecer de un mundo lleno de posibilidades, pero para el que todavía falta rodaje. El acceso móvil a informes médicos interpretados, resultados de tests u otra documentación clínica permitiría a los profesionales sanitarios tomar decisiones rápidas y efectivas relacionadas con la salud y cuidados del paciente, con independencia del lugar en el que se encontraran. Mejoraría la atención y, con seguridad, aligeraría el colapso –de carácter multifactorial- al que asistimos en la sanidad española.

 

¿Qué nos impide una Sanidad más “móvil”?

Como en muchas otras situaciones, la respuesta depende de a quién se le pregunte.

Según un estudio reciente realizado en Estados Unidos, el 83% de los médicos entrevistados empleaban su ordenador de sobremesa como dispositivo de elección para realizar su trabajo, llévese éste a cabo en el hospital, en una consulta o en casa. Esos mismos profesionales reconocían también utilizar algún dispositivo móvil para acceder a información clínica si se encontraban fuera de los lugares habituales de trabajo.

¿Qué impide entonces el uso extendido de dispositivos móviles en zonas propiamente sanitarias? ¿Falta de costumbre y/o formación específica? ¿Barreras técnicas insalvables? Según ese mismo informe, los servicios de IT de los hospitales se muestran reticentes a la generalización de dispositivos personales móviles en el ámbito clínico, aduciendo aspectos técnicos como la menor seguridad y confianza, necesidad de una mayor cobertura de red y un coste económico comparativamente mayor de dichos aparatos con respecto a los no móviles.

Además de lo expuesto, Ken Congdon, jefe editor de Healthcare Technology Online, señala otros factores en un reciente post: Escasez de aplicaciones propiamente clínicas para esos dispositivos. Específicamente para iPads encuentra insuficientes las opciones de edición en relación a Historias Clínicas Electrónicas y de reconocimiento de voz, apuntando a cierta pereza o reticencia de los desarrolladores para rediseñar y adaptar sus programas.

Sin embargo, todos estos aspectos negativos señalados parecen ser meros escollos en el sistema sanitario canadiense, donde se apunta a una tendencia generalizada del uso de smarthphones y tablets con fines clínicos.

 

Lo básico de una aplicación clínica móvil

Quizás lo prioritario sea el desarrollo de aplicaciones específicas. Específicas para dispositivos móviles y específicas para la práctica clínica. En relación a la primera de estas cuestiones, es fundamental que sea de plataforma versátil o multiplataforma, es decir, que puedan ser usadas en dispositivos Android, iPhone/iPad, Blackberry, etc…

Con respecto a la especificidad funcional, hemos asistido a una eclosión de aplicaciones móviles para el cuidado personal de la salud e incluso de atención de fisiopatologías determinadas. Sin embargo, se echa en falta el desarrollo de programas destinados con preferencia al ejercicio y gestión sanitaria profesional.

Las redes móviles están suficientemente desarrolladas para permitir la transmisión de voz, imágenes -aún cuando éstas sean de alta resolución- y datos a altas velocidades. Para sacarle el máximo partido a ello es esencial que las aplicaciones clínicas se desarrollen sobre un servicio web que permita crear un ecosistema en la nube desde donde compartir y almacenar toda la información. Pero de ello hablaremos en otros posts.

Es evidente que la Sanidad se moviliza, la pregunta ahora es Quo vadis eSanidad?

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